Un mundo cada vez más poblado, recursos cada vez más limitados, una situación ambiental cada vez más precaria y una dependencia alimentaria cada vez mayor, suena a la premisa de una película de terror pero así es el ambiente que enmarca el desarrollo de la urbe citadina más grande de México; los capitalinos y chilangos tenemos la obligación de comenzar a tomar conciencia y acciones sobre la procedencia, calidad y tipo de productos agropecuarios que se consumen dentro de la urbe ya que gran parte de la problemática ambiental que nos afecta hoy en día se ha venido generando por la aceptación de la premisa de que a menor contacto con la porción productiva de las cadenas de valor de los productos que consumimos mayor nivel de “estatus” se tiene, es necesario desarrollar nuevas relaciones de producción-consumo; para poder proponer soluciones serias y fundamentadas primero se debe analizar el panorama actual de la situación técnica, económica y legislativa de la actividad antes de analizar la viabilidad de adentrarse en la generación de sistemas alternativos para la explotación pecuaria intracitadina, este trabajo es producto de la estancia preprofesional del autor en la CDMX.