Este trabajo pretende mostrar la experiencia de la fuga desde un escenario signado por la violencia e insertarse en un escenario complejo como es una casa de acogida para mujeres que viven abuso grave y sus hijos. Pueden observarse tanto el constante interjuego entre el alivio y la tensión como las esperanzas y sueños que no dejan de nutrir los itinerarios de estas mujeres y sus hijos e hijas. Se hace evidente que las respuestas comunitarias y estatales a este fenómeno tienen mucho que desarrollar en cuanto a condiciones de confort y a un trabajo más personalizado, al tiempo que comunitario, con estas mujeres así como con sus hijos e hijas.