La Educación Superior contemporánea se encuentra en una dicotomía donde la visualización en la indecisión de situaciones problémicas se apropia de la impresión, bajo la fuerte incidencia del tránsito de lo simple a lo complejo, que se marca por la fuerte contradicción entre el movimiento cualitativo-cuantitativo en la interpretación de los fenómenos matemáticos en el proceso formativo, en la búsqueda de nociones que se fundamenta en la naturaleza del pensamiento investigativo. Enfatizando su papel activo que emerge en una autonomía organizativa que condicionan posiciones didácticas centradas en las posibilidades ontológicas y epistemológicas que se evidencia en: la incoherencia entre las explicaciones verbales en la solución de problemas que requieren la aplicación lógica reflexiva, la desvinculación semiótica entre la matemática de la Educación Media y Superior que transcurre sobre la base de una contextualización didáctica que reconozca la lógica de la integración e interacción del conocimiento como un sistema de relaciones que son partes consustanciales que facilita el desarrollo de la universidad adaptadas a demandas sociales.