La dieta mediterránea está considerada como un prototipo de dieta saludable al garantizar un aporte calórico y de nutrientes en cantidades suficientes y proporciones adecuadas y contribuir a una mayor esperanza de vida. La industrialización de la cadena alimentaria están induciendo una serie de cambios en los hábitos dietéticos de aquellos sectores más susceptibles de ser influidos como, por ejemplo, la población juvenil que, por otro lado, serían los más necesitados de una alimentación saludable para un crecimiento y desarrollo óptimos. En este libro se analiza la adherencia a la dieta mediterránea en la población juvenil con una metodología que permite identificar de manera inmediata hábitos alimentarios poco saludables. Tan sólo el 42,9% de los adolescentes y el 28,4% de los universitarios referían tener unos hábitos alimentarios compatibles con el patrón mediterráneo. Es decir, en una proporción importante de la población juvenil existiría cierto riesgo de padecer alguna carencia y/o desequilibrio nutricional y, por otra parte, cabe temer sobre una virtual desaparición de la dieta mediterránea.