El notable incremento de los estudios sobre Arte Rupestre en el mundo en las últimas décadas, se debe en parte al impacto que ha generado la interpretación de sus significados a través de la cosmovisión que las propias etnias y comunidades locales -herederos de tradiciones ancestrales- se han dado durante la secuencia ocupacional. Conjuntos de relatos míticos, leyendas e historias orales junto a fiestas tradicionales, comienzan a ser estudiados sistemáticamente por arqueólogos y otros especialistas, buscando entender los procesos sociales y culturales que han posibilitado la articulación de sitios rupestres a través del tiempo. En la zona de Nocui, en el semi árido meridional de los Andes en Sudamérica, este modelo de estudio ha posibilitado la vinculación de las expresiones rupestres iniciales con la fuerza sobrenatural de Illapa, deidad indígena de los fenómenos del trueno, rayo y relámpago. Los procesos de continuidad y cambio que se evidencian en los paneles de Nocui corroboran dicha asociación, al dar cuenta de notables procesos sociales en que los grupos Diaguitas locales afianzaron su Identidad frente al Inca, para luego transformar su cosmovisión en tiempos históricos.