El libro propone repensar la educación a partir de la hipótesis de Alberto L. Merani sobre la inteligencia como un nuevo nivel de integración del psiquismo. El papel de la psicomotricidad en la construcción de la inteligencia es brindar las categorías del punto de apoyo y del punto de aplicación: serenidad, objetividad, análisis, y orden, entre otras. Muestra cómo pensamiento y lenguaje a partir de la elaboración de significados y significantes construyen la lógica y la gramática, y con ellas todos los sistemas de representación del mundo que están presentes en las mentalidades. El capítulo final que da nombre a este libro se aparta de la psicología de las facultades, que entiende los fenómenos psicológicos al margen del hombre concreto para presentarnos una visión de conjunto de la inteligencia como un nivel de integración de lo objetivo y lo subjetivo. Las conclusiones apuntan a que la solución de los problemas educativos no son cuestiones técnicas, sino que tienen que ver con el concepto de hombre, pues ¿no acaso la función principal de la educación es responder la pregunta Quién soy yo?