En este libro dirigido a urbanistas, ecologistas y estudiosos de la hidrología mesoamericana se hace una reflexión crítica sobre el manejo ácueo del Anáhuac, cuenca originalmente endorreica donde está inmersa la Ciudad de México, megaurbe que enfrenta graves y paradójicas amenazas hídricas; por un lado deshidratación del suelo y carencia de agua y por otro inundaciones. Dicho manejo ocasionó que en menos de cinco siglos se convirtiera La Gran Tenochtitlán, una ciudad acuática, en una metrópoli sedienta que para su consumo sobreexplota su acuífero e importa agua, mientras toda la que recibe suficiente para su abasto total es expulsada a través de tres hendiduras hechas a la cuenca, mismas que la convirtieron en un valle artificial, rompieron su equilibrio hidroecológico e hicieron que la ciudad dejara de ser lacustre y se tornara hídricamente muy vulnerable. Esa errada política tiene a la Ciudad de México al borde del desastre, ya que con un sismo, una erupción volcánica u otra contingencia se puede obstruir su suministro hídrico y su desagüe, lo cual expondría a sus habitantes a perecer por falta de agua y a ahogarse en sus propias excretas; propiciando así: El Ocaso del Anáhuac.