Latinoamérica se asocia particularmente con zonas cubiertas de vegetación y sectores ricos en flora y fauna. Sin embargo, desde México y hasta Chile es posible encontrar desiertos que generan preguntas acerca del funcionamiento de estos biomas extremos. Los desiertos en general y los sectores de Puna y Altiplano en particular, son ecosistemas en extremo frágiles. Actualmente existe una escasa información del funcionamiento integral de la estructura abiótica y biótica de los sectores extremos asociados a sectores ubicados entre los 3000 y 5000 metros de altura en general, y particularmente el conocimiento de humedales altoandinos del Desierto de Atacama es reducido. Por ello ampliar el conocimiento faunístico, florístico, hidrológico y edáfico de estos humedales para su protección es urgente.