El aprendizaje de género constituye un ámbito clave para la investigación, especialmente, cuando pretendemos trabajar, desde la educación, para construir modelos de interacción y convivencia, entre hombres y mujeres, que no resulten coartadores de la libertad, discriminatorios y/o atenten contra la vida de las mujeres. En este sentido, cobra relevancia la exploración sobre cómo se aprende el género, cómo éste nos conforma como personas adultas, cómo median los estereotipos (amparados por los diferentes contextos en los que actuamos y la cultura de referencia) en las formas de pensar como hombres y mujeres, en definitiva, cómo los marcos socioculturales de género conforman los mapas mentales de unos y de otras, los lenguajes y las formas de relación. Los contextos educativos y las personas que conforman la comunidad educativa, especialmente, el profesorado, son un centro de atención principal en el desarrollo de los nuevos o renovados modelos de relación. Los resultados del estudio resultan prometedores, en tanto, permiten acotar dimensiones para el diseño, desarrollo y evaluación de planes de formación en género para distintos colectivos.