El estudio del comportamiento mecánico de paneles rigidizados de materiales compuestos ha sido ampliamente tratado en los últimos años debido a la generalización de su uso en diversas aplicaciones, en particular formando los recubrimientos de las alas y los fuselajes de las aeronaves. Estos elementos están formados por una piel, en general muy delgada y con cierta curvatura, en la que se integran o adhieren perfiles, conocidos como larguerillos, en una o dos direcciones para aportarle mayor rigidez. Se trata de una geometría compleja y susceptible de sufrir inestabilidad estructural o pandeo, lo que suele determinar su carga de diseño. Aún así, es conocida la gran capacidad portante residual de este tipo de estructuras cuando están correctamente concebidas, siendo capaces de soportar cargas 3 o 4 veces superiores a la primera carga de pandeo, y viniendo el colapso determinado por despegues en la unión piel-larguerillo. El aprovechamiento de esta capacidad postpandeo exige un conocimiento profundo del comportamiento de estos elementos en régimen no lineal.