Tarija es una zona de extensos valles subandinos que se encuentra en el extremo sur de la República de Bolivia. Tiene evidencias de haber sido poblada desde hace muchos milenios por habitantes cuya misma existencia se encontraba cubierta por un espeso velo de misterio. La memoria de ellos desapareció casi por completo sin que se hubiera podido saber quienes fueron los autores de la gran cantidad de restos arqueológicos que se encuentran regados en toda su dilatada geografía. Para introducirse en este tema tuvieron que utilizarse técnicas especiales que iban “en reversa”, es decir, debían partir del estudio de poblaciones que se encontraban en otros lugares para determinar su posible ligazón con Tarija. Esto condujo al “descubrimiento” de que diversos grupos, ubicados en lugares muy alejados y dispersos, que iban desde Yamparaez, al norte, hasta Salta, al sur, tenían habitantes calificados como “salpicados” o “multiétnicos” que constituían un verdadero “horizonte” de mitimaes de Tarija que fueron trasladados por los Incas cuando conquistaron esta zona en las postrimerías del siglo XV. Estos núcleos poblacionales estuvieron constituidos por “moyos moyos” y “churumatas.