Durante las décadas de 1940 y 1950, la industria textil en México inicio un proceso de modernización tecnológica que modificó los procesos productivos, las condiciones laborales y las relaciones internas de los trabajadores. Reflejo de ello fue la fábrica textil, Río Grande, construida a finales del siglo XIX, como una de las primeras colonias industriales en Jalisco. La Colonia fabril estaba compuesta por la fábrica, la casa de los trabajadores y rodeada por una muralla que permitía regular las entradas y salidas de la colonia. En ella trabajaban hombres y mujeres, los cuales interactuaban dentro y fuera de la planta, pues eran vecinos. A partir de la transformación tecnológica de mediados del siglo XX, se alteraron las dinámicas no sólo laborales sino también sociales dentro de la comunidad fabril de Río Grande, que hoy se conoce como El Salto, Jalisco, pues se despidió a un gran número de trabajadoras y se prohibió la contratación de mujeres como obreras en la empresa, transformando con ello las condiciones de trabajo al interior de la fábrica y la dinámica social de la colonia industrial.