Freud descubrió el inconsciente, sus producciones y sus efectos en la vida del sujeto, y dedicó gran parte de su obra a su estudio y a crear una forma de abordarlo y de esa manera curar los síntomas neuróticos, en cuyo origen se encontraban los procesos inconscientes. En sus comienzos el psicoanálisis era simplemente el arte de interpretar. El síntoma se le ofrecía a Freud para su desciframiento y al ser interpretado desparecía de inmediato. Sin embargo al poco tiempo, el inconsciente se fue volviendo menos dócil a sus intervenciones, algo en el síntoma se mostraba inconmovible, pero Freud continuó su trabajo elaborando nuevas teorías que cambiaron su modo de abordar los casos clínicos. Los obstáculos continuaron apareciendo luego de su muerte y dieron lugar a desarrollos posteriores que permitieron ir modificando la práctica del psicoanálisis. Jacques Lacan hizo una relectura de Freud a la luz de otras ciencias, como la lingüística, la antropología, las matemáticas y finalmente la topología de la cual se sirvió para crear su clínica de los nudos, dando lugar así a una nueva teoría sobre la cura y a una manera diferente de ejercer la práctica analítica.