Esta tesis de grado es el resultado del trabajo desarrollado como oftalmóloga pediátrica durante muchos años en el tratamiento del estrabismo y se propuso dar una respuesta concreta a la hipótesis que la misma plantea: que el tratamiento quirúrgico precoz del estrabismo congénito produce mejores resultados que el tratamiento quirúrgico tardío. El estrabismo es una patología muy frecuente en los niños y, en la época en que la autora comenzó la práctica de la oftalmología pediátrica, se daba por sentado que el paciente no desarrollaría por completo la visión de uno de sus ojos; que el tratamiento quirúrgico solo constituía una solución estética y el resultado era generalmente imperfecto. Por eso, la mayoría de los oftalmólogos evitaba practicar la cirugía y, de hacerlo, era en niños mayores de 6 años. La experiencia quirúrgica de la autora en el tratamiento de dicho padecimiento comenzó en 1967 cuando se le acercó una madre con un hijo de seis meses y le pidió que le operase el estrabismo con el que nació, pues no quería que sufriera las burlas de los otros niños al crecer. Tras una evaluación del caso y con la anuencia de los anestesiólogos practicó la operación que fue exitosa.