Esta investigación está relacionada con el reconocimiento de beneficios previsionales para pensionados por vejez que padecen enfermedades crónicas, por lo que sus expectativas de vida se pueden estimar con bastante certeza, de tal suerte que sus ahorros para el retiro deberían poderse consumir con mayor rapidez a fin que el trabajador destine dichos recursos al fin para el cual fueron constituido, el consumo futuro, bajo la teoría del ingreso permanente. Esto es básico cuando nos encontramos con sistemas de protección social basados en contribuciones definidas y cuentas individuales propiedad exclusiva del afiliado que constituye un fondo para hacer frente a diferentes situaciones protegidas, donde al final de la vida laboral de la persona se centra en la falta de ingresos cuando el trabajador se jubila. En la actualidad al pensionado se le divide su saldo en rentas asumiendo expectativas de vida estándares que sobreestiman las probabilidades de supervivencia de estas personas, por lo que fallecen dejando sumas importantes sin gastar en sus cuentas, las cuales sirven como un legado para sus herederios, aunque esos fondos no se acumularon para eso.