La información visual ha adquirido un especial protagonismo en los diferentes medios de comunicación de nuestra sociedad, trascendiendo a todas las áreas de la actividad humana. Así, en el campo científico se ha producido un incremento notable en el número y sofisticación de imágenes en los trabajos publicados. Las especiales características de la imagen científica, tales como el rigor, la exactitud o la objetividad, exigen al ilustrador dominar los recursos y técnicas de elaboración de imágenes con el fin de reflejar fielmente los conceptos representados. No obstante, en términos generales no se han establecido suficientes normas de representación en este campo, por lo que frecuentemente se producen incoherencias en las imágenes científicas que dificultan su comprensión. En este libro se analizan los recursos gráficos más empleados en ilustración científica y sus combinaciones más habituales para representar conceptos, identificando las ya consolidadas por el uso. Este trabajo puede resultar de utilidad para ilustradores y científicos al aportar una base teórica sobre la que establecer los criterios que permitan en el futuro aprovechar todo el potencial de estas imágenes.