En las páginas que siguen se pone de manifiesto la directa relación entre el bienestar psicológico y el autoconcepto físico. Esto es algo que no se sabía hasta ahora, entre otras razones, porque hasta hace unos pocos años no se había investigado sobre el autoconcepto físico. Identificar esta relación permite explicar mejor las cosas, ayuda a entender de forma más cabal lo que sucede y, en concreto, las vinculaciones del bienestar personal con otros rasgos de personalidad. Pero, sobre todo, abre nuevas perspectivas a la intervención psicoeducativa. Baste para explicar brevemente esto exponer la siguiente ecuación: (a) el autoconcepto físico es educativamente mejorable; (b) el autoconcepto físico guarda estrechas vinculaciones con el bienestar psicológico; (c) luego es esperable que una intervención en pro de la mejora del autoconcepto físico redunde en el aumento del bienestar personal (y viceversa). Éste es el mensaje tan sólido como estimulante que se desprende de este trabajo y que termina con la identificación de las claves para incidir en su fomento y mejora a través de un programa de intervención sobre el autoconcepto físico.