Tras la experiencia de dos dictaduras radicales y absolutas, como lo fueron la fascista en Alemania y la comunista en Rusia, el panorama político mundial se ha inclinado, al menos en su discurso oficial, por gobiernos de corte participativo. El predominio de esta forma de organización política se debe, en gran medida, al papel hegemónico que los Estados Unidos de Norteamérica han adquirido en el ámbito internacional, como consecuencia del colapso de los sistemas de gobierno que se presentaban como una alternativa a la democracia que éstos propugnan. Empero, pese al prestigio ganado por la democracia norteamericana en los últimos setenta años, las elecciones presidenciales de 2016 en ese país han hecho reflexionar a la comunidad internacional sobre sus deficiencias y contradicciones así como cuestionarse respecto a las bondades de la misma. En el contexto de este panorama de desencanto y duda es que se desarrolla el presente trabajo, con el objetivo de analizar todos los vicios y defectos que se presentan en la “democracia moderna”, tomando como ejemplo paradigmático la campaña política de Donald Trump.