En la región del Norte Potosí de Bolivia, la implementación de sistemas de riego familiares contribuyó al incremento en la seguridad hídrica y alimentaria de las familias de pequeños productores y sus comunidades. Un efecto ampliamente reconocido es la mayor disponibilidad de alimentos para el consumo familiar, tanto en cantidad como en diversidad. Los niños constituyen el grupo más favorecido con una mejor nutrición y salud. Asimismo, la mayor producción permitió a las familias una mayor disponibilidad de recursos monetarios, sea por ahorro, nuevos ingresos o gastos evitados. También, los sistemas de riego familiares mejoraron las condiciones de sustentabilidad de las unidades de producción familiares. No obstante, el mayor riesgo que enfrentan las familias de la región son las sequías prolongadas y recurrentes, que ocasionan una disminución en los caudales de agua. Frente a este escenario, probablemente asociado al cambio climático, es necesario generar información agroclimática local para la gestión de riesgos y el desarrollo de planes locales de protección de las fuentes de agua.