Por lo menos, desde Moisés (hace 32 siglos) hasta ahora, los hombres han dominado a las mujeres, en el mundo occidental, a pesar de los cambios económicos, políticos y sociales, ocurridos recientemente. Pero el patriarcalismo continuó sobreviviendo, porque fue absorbido por las personas, como algo natural, apoyado en dogmas religiosos que le dieron el valor de una ley divina. Por lo tanto, para acercarnos al equilibrio entre los sexos, debemos vencer una enorme construcción milenaria (¡cinco mil años!). Esto exige, entre otras cosas, hacer una reconversión espiritual, acerca del sentido de la vida humana. Esto significa, pasar del "temor a Dios" ("Si no hago esto o aquello, Dios me castigará"), a comprender que el Creador es Amor y nos creó para hacer de este planeta un vergel.. y no para obedecer órdenes creadas por los hombres, en la forma de dogmas falsos. O sea: EL HOMBRE Y LA MUJER SON UNA CREACIÓN CÓSMICA, cuya unión, (aunque imperfecta), es esencial para el futuro de la Humanidad. Ellos precisan ir juntos, integrados, "en una sola carne". Es cierto que somos opuestos en algunas cosas, pero somos opuestos complementarios. En este concepto se basa la verdadera Sabiduría.