Jugar es la habilidad de explorar, pensar y aprender interactuando. Comúnmente, la enseñanza en las escuelas secundarias se ha convertido en un proceso mecánico y automatizado, dejando de lado cualquier fin de forjar un pensamiento crítico en el alumnado. Los videojuegos, en contraposición, generan recompensas al superar retos mientras nos presentan una historia a la cual el sujeto deberá encarnar. Estos nos enseñan de una forma diferente, puesto a que chocan con la metodología del siglo XIX; la cual en las aulas parece sabotear la curiosidad, investigación y colaboración. Los videojuegos analizados redundan en el contexto bélico de la Segunda Guerra Mundial aportando nuevas fuentes, miradas y herramientas a la hora de dictar una clase.