El aumento de la población supone una gran amenaza para la seguridad alimentaria puesto que la agricultura es limitada. Para garantizar la producción se ha de incrementar el uso de fertilizantes químicos (FQ) (FAO 2015), cuyos costes están estrechamente relacionados los precios de recursos no renovables como el petróleo y el gas (Ministerio de Industria, Turismo y Comercio 2007). Así, el consumo mundial de fertilizantes ha aumentado constantemente a partir de la década de 1960. De 2001 a 2009, el uso de N creció un 13%, P2O5 un 10% y K2O un 13% (Stewart 2012). Se estimó que la demanda mundial de fertilizantes totales crecería anualmente al 2% de 2012 a 2016, con una demanda de fertilizantes nitrogenados que representaría hasta el 60% de los costos totales de (N + P + K) (FAO 2015). El desarrollo y utilización de biofertilizantes podría aliviar los problemas derivados de lo anteriormente mencionado.