A veinticinco años del levantamiento zapatista en Chiapas, México, y que trascendió a nivel nacional y mundialmente, el papel de las mujeres indígenas que se alistaron para encabezar la causa no sólo está a la vista, sino que muestra que sin ellas ese salto a lo desconocido no habría sucedido, y la construcción de otro mundo posible tampoco; pero hace falta decirlo, documentarlo y resaltarlo a fin de que esta experiencia quede como marca de la revolución teórica del zapatismo, primero como movimiento social, y a la vez como enseñanza para otros pueblos y comunidades que aún buscan su emancipación. Como sujeto militante, las mujeres, jóvenes principalmente, han ocupado los puestos de avanzada; pero también, y con excelencia, el de promotoras de salud y educación, destacando en su entrega y lucha por hacer de sus comunidades núcleos de resistencia y cambio, y con dedicación en varias tareas de las Juntas de Buen Gobierno y Caracoles, llevando a la práctica su tercer tiempo, el de caminar ya sin retorno. Por ello, se incluyen aquí varios testimonios de combatientes y encargadas de distintas funciones, encaminadas a impulsar el proyecto histórico de la autonomía en rebeldía.