En los últimos años las áreas dedicadas al cultivo de piña en Cuba se han ampliado notablemente, convirtiendo a este cultivo en una importante fuente de divisas para el país. La necesidad de introducir la variedad de piña MD-2 en plantaciones cubanas requiere de altas producciones de semillas en el menor tiempo posible, lo cual se puede lograr con el empleo eficiente de las técnicas de micropropagación, la cual presenta ventajas sobre los métodos tradicionales de propagación vegetativa. A pesar de estos avances en la micropropagación la fase de aclimatización continúa con dificultades por los bajos porcentajes de supervivencia y se extiende por periodos prolongados de tiempo debido a la lentitud del crecimiento de las plantas. Como resultado del estudio del momento óptimo de traslado de las vitroplantas a campo, se logró un porcentaje de supervivencia cercano al 100% y acortar el período de aclimatización de las plantas de 5.5 meses y a 4.5 meses. La reducción del tiempo de aclimatización contribuye al incremento de las producciones del cultivo y la entrega de plantas con calidad al sector campesino.