Hasta ahora existen numerosas farmacias que disponen de servicios profesionales farmacéuticos en nutrición pero no existe trabajo en equipo con los profesionales de los sistemas públicos de salud. Muchas veces llegan pacientes que necesitan perder peso para poderse someter por ejemplo a una intervención quirúrgica pero no hay comunicación entre el especialista que prescribe esta pérdida de peso y el nutricionista al que acude el paciente para conseguir el objetivo marcado. Pensamos que si existiese comunicación entre los diferentes profesionales de la salud y los médicos ya sea de primaria o de atención especializada contasen con el apoyo de las oficinas de farmacia para hacer el seguimiento dietético quizás se lograría mejorar las cifras de sobrepeso y obesidad consiguiendo una mejora en la calidad de vida de los pacientes y una disminución en el gasto sanitario.