En las últimas décadas se han producido cambios en el estilo de vida y hábitos alimentarios de la sociedad. El consumo de alimentos con alto contenido en azúcares, grasas y sodio ha aumentado, dejando de lado la ingesta de frutas, verduras y productos integrales (fibra). Por ello, los organismos internacionales han buscado lograr cambios actitudinales en los consumidores orientados hacia una alimentación saludable. Así surgieron los denominados alimentos funcionales formulados con la incorporación de ingredientes bioactivos. Entre ellos se encuentran los prebióticos o "ingredientes alimenticios no digeribles, que afectan beneficiosamente al huésped estimulando selectivamente el crecimiento y/o actividad de uno o un número limitado de bacterias en el colon, por lo que mejoran la salud del mismo". La inulina y oligofructosa son los prebióticos más conocidos hasta la actualidad se ha demostrado que modulan la glucemia postprandial y reducen los niveles de lípidos del suero. Entre los productos de mayor consumo se encuentran las pastas, de fácil producción, bajo costo y una alternativa innovadora para incorporar prebióticos, tanto para el consumo de personas sanas como enfermas.