Por ser el lenguaje un organismo vivo que está en evolución constante se pueden producir desviaciones en su norma; cuando estas desviaciones se afianzan y traspasan la frontera de la expresión oral a la escrita estamos ante una evolución del lenguaje que nos llevará a una nueva norma. Partiendo de esta inquietud, nos propusimos realizar algunos estudios sobre las formas átonas del pronombre personal para el habla de las dos más importantes ciudades de Venezuela (Caracas y Maracaibo). El resultado de estos estudios y las lecturas críticas y analíticas sobre el empleo de los clíticos pronominales nos lleva a presentar esta serie de reflexiones que culmina en algunas propuestas de modelos teóricos para el uso de estas formas, específicamente para el habla de Maracaibo, pero que pudieran ampliarse a otras ciudades del país y de la región. No pretendemos aclarar todas las dudas sobre el empleo de las formas átonas del pronombre personal; pretendemos abrir una ventana a la inquietud por descubrir, estudiar y analizar el uso de los clíticos pronominales, que forman parte de nuestra lengua y de nuestra norma formal, que tienen un extenso uso y que han sido poco estudiados y menos entendido.