En las últimas décadas se han visto tergiversados los más profundos bienes y valores sociales, como lo es el de la salud, debido a las recientes innovaciones, avances científicos y tecnológicos. La salud que no fue sino hasta hace poco reconocida como un derecho humano, procurándose el acceso a la misma en los ordenamientos jurídicos de las naciones. En este tenor, es que nos hemos visto en la extrema necesidad de proteger la dignidad y la integridad de las personas, poniendo límites a la experimentación y la investigación que se realiza con seres vivos y con la biodiversidad misma. La bioética como la ciencia que reacciona a la desmedida demanda de solucionar conflictos ético-médicos, con la finalidad de fijar estándares de ética y buenas costumbres en las prácticas con el bios. Por su parte, el bioderecho se encuentra constituido por los documentos que prevén la forma de efectuar prácticas e investigaciones, así como la relación médico-paciente, la cual se ve mermada por los nuevos métodos y tratamientos que se ponen en colisión con el valor de la dignidad y los derechos humanos.