Uno de los rasgos fundamentales que caracteriza a las sociedades democráticas actuales, es la ampliación de la esfera pública; cada vez más los ciudadanos manifiestan su interés por participar en áreas que estuvieron concentradas en manos del estado. De igual manera, el establecimiento de nuevas relaciones entre el estado y la sociedad ha permitido que dicho estado amplié los espacios de participación. En el ámbito educativo, los intereses de los ciudadanos y la transferencia de competencias del estado, unido a la creciente expansión y masificación en los distintos niveles educativos así como la complejización de las interacciones del espacio educativo con nuevos y tradicionales actores, imponen la necesidad de construir, en común, políticas educativas dirigidas a la integración y participación de diversos actores en el hecho educativo.