Cuantificar en dinero los derechos humanos es imposible, pero las sentencias de amparo no deben de quedar sin ejecución y cuando se dé el caso que sea imposible cumplirla como su teleología lo ordena, el quejoso podrá solicitar a la autoridad que cumpla la sentencia substitutamente, a través de un incidente, con el pago de los daños y perjuicios que haya ocasionado, ya que de no hacerlo quedaría absolutamente impune los actos de autoridad que se hayan declarado inconstitucionales. Pero el incidente citado es incompleto porque sólo restituye al gobernado los daños y perjuicios ocasionados en su patrimonio dejando a un lado todo lo que respecta a la violación sufrida a los Derechos Fundamentales, por ser contraria a la finalidad del juicio de garantías. La complejidad de la cuantificación del pago de daños y perjuicios estriba en el cálculo de los Derechos Fundamentales como la dignidad, por ejemplo, concepto cargado de elementos axiológicos difíciles de cuantificar en dinero, ¿cómo hacerlo? Y ¿cómo hacerlo de manera justa?