Hace unos años, la globalización era considerada una manifestación positiva para sociedades con sistemas políticos autoritarios o totalitarios. Junto a ella, la democratización se impuso como una nueva bandera, mas en no pocos lugares se la limitó a la elección de autoridades. En Latinoamérica concluyó la seguidilla de gobiernos de facto que durante décadas habían dirigido los destinos de esas sociedades. Pero muchos políticos y líderes de todo tipo comenzaron a desarrollar nuevas estrategias para asegurarse los votos para ocupar cargos, además de eternizarse en la función pública legitimando su accionar mediante normas constitucionales o legales. Este libro está centrado en algunos temas relacionados con ello, centrado en el uso del poder a través del análisis de influencias culturales previas y su proyección en dos temas que son la participación de la sociedad y el clientelismo. El análisis debe ayudar a clarificar cómo y por qué se mantienen ciertas estructuras a pesar de la modernización de los pueblos, y debe resultar muy útil para profesionales de las Ciencias Políticas y Sociales, o para quienes deseen adentrarse en el conocimiento más profundo de esas estructuras.