No es hasta principios del siglo XX con el auge del Movimiento Olímpico que comienza la aplicación de las ciencias al deporte, surgiendo así las investigaciones médico-biológicas que ayudan a determinar el método de entrenamiento más adecuado en cada momento, a la selección de jóvenes valores en la práctica deportiva y a lograr el mantenimiento de un óptimo estado de salud, lo que influiría positivamente en los resultados deportivos. La presente constituye una modesta contribución en los aportes al conocimiento del control médico del entrenamiento deportivo de los atletas que integran los equipos nacionales de nuestro país. Permitiendo de esta manera que se tenga una valoración de las características tanto desde el punto de vista de su morfología como de algunas de sus características funcionales. De esta forma se está también previniendo preservar el estado de salud de los atletas que se encuentran sometidos a altas cargas de entrenamiento, las cuales constituyen una agresión al organismo haciendo que aparezcan una serie de modificaciones morfológicas y estructurales que lo hacen susceptible de padecer algunas patologías al abandonar el deporte activo.