A partir del año 2006, la Argentina logró un crecimiento acelerado en la producción de biodiesel producto de la creciente demanda externa. Cuando en el año 2012 este país alcanzó cifras máximas de producción de biodiesel, más de un 70% se exportaba hacia la Unión Europea. Sin embargo, como consecuencia de una serie reclamos por parte de los productores europeos de biodiesel, las autoridades de ese bloque decidieron realizar investigaciones sobre presuntas prácticas de dumping a las empresas argentinas del mencionado producto. El resultado de dichas investigaciones se tradujo en la aplicación de medidas antidumping provisorias y, luego, definitivas que restringieron el acceso a dicho mercado a partir del año 2013. Esta situación fue demandada ante el Órgano de Solución de Diferencias de la Organización Mundial del Comercio por las autoridades argentinas con el objetivo de resolver la controversia con dicho país. Aunque la resolución del OSD fue favorable para la Argentina, esto no evitó que posteriormente se le aplicaran nuevas medidas antidumping al biodiesel por parte de otros países, tales como Perú y Estados Unidos.