El libro intenta dilucidar la relación logos-eros en la vida, obra y pensamiento de Abelardo y Eloísa. Para ello, se hace un análisis de su vida, del epistolario, de la ética y del diálogo entre un filósofo, un judío y un cristiano. La tesis de fondo es que mientras Abelardo recula de sus amores y asume con radicalidad su proyecto monacal, Eloísa sigue atada a sus amores pasados y nunca asume su proyecto de monja, es decir, el eros guía la vida de Eloísa y el logos, la de Abelardo. Todo ello se enmarca en la situación del siglo XII, en especial estudiando los tres paradigmas del amor en dicho siglo: cortés, goliardo y cristiano. Se muestra su proyección en los dos amantes y se indica el erotismo de Eloísa y el cristianismo de Abelardo. Asimismo se intenta poner como telón de fondo la relación fe-razón en ambos autores, señalando la dialéctica abelardiana en la relación como un diálogo fecundo entre ambas instancias y el agnosticismo erótico de Eloísa. La conclusión se impone. Eloísa vive a plenitud su relación amorosa; no así Abelardo, que se vuelve atrás, opta por el matrimonio y por el monacato y se reconcilia incluso con Bernardo de Claraval gracias a Pedro el Venerable.