A diferencia de la historiografía mayoritaria, este libro sostiene que la implementación de la economía social de mercado no fue consecuencia del triunfo de liberales por sobre desarrollistas durante el Gobierno Militar, sino que obedeció a un proceso que se inició el mismo 11 de septiembre de 1973, y que tuvo sus orígenes en el Convenio de la Universidad Católica de Chile con la Universidad de Chicago. Para argumentar esta hipótesis se analizan los principales hitos históricos que hicieron posible la revolución económica, así como el rol decisivo que tuvo la Universidad Católica, el periódico El Mercurio y los denominados Chicago Boys. El libro revisa también los Decretos Leyes que hicieron posible el cambio de modelo, y la evolución de Jaime Guzmán, motivada por la necesidad de adaptar su filosofía al neoliberalismo que defendía Pinochet.