Nuestras acciones en las últimas décadas nos han conducido a problemas de trascendencia mundial. Uno de los asuntos con mayor relevancia ha sido el deterioro ambiental. La revolución científico técnica y el carácter universal de algunas de sus acciones no han hecho más que acelerar dicho proceso. Durante estos últimos años, el trabajo en la búsqueda de caminos de solución ha sido objeto de numerosos encuentros, sin embargo, la pasividad colectiva continúa. Formar una sociedad con nuevas actitudes es el desafío planteado hoy a todo sistema educativo. No obstante, asistimos al mayor pluralismo de puntos de vista en torno a cómo debiéramos concebir ese tipo de educación. La propuesta pedagógica más concluyente de los últimos años focaliza su mirada hacia la Educación Ambiental (EA). Sin embargo, pensar una EA solo desde el paradigma tradicional continuará generando aprendizajes que separan al hombre de la naturaleza y esto es algo que debemos transformar. En un medio interconectado, una labor didáctica con las características descritas precedentemente, nos parece parcial para comprender y resolver las nuevas problemáticas y los desafíos pedagógicos que ello implica.