A partir del año 2003, la memoria se transformó en parte de la ideología reparatoria del gobierno de Néstor Kircnher y de Cristina Fernández en la Argentina, insertado en el discurso del poder junto a la verdad y la justicia como palabras claves. En una situación histórica inédita, donde la memoria "está de moda” y se incorpora al discurso oficial a través de la reivindicación de la militancia de los años 70, es donde finalmente comienzan a ser escuchados una serie de relatos que critican con dureza y en algunos casos demonizan la cultura política que jalona la época previa al golpe militar de 1976. Estos relatos que tienden a practicar una revisión interesada y a menudo poco rigurosa del pasado, tienen asegurada una circulación masiva gracias a su difusión por las grandes editoriales y la seguridad de encontrar un mercado en expansión, con lectores ávidos de hurgar en los llamados "años de plomo". En este contexto se desarrollan estos dos ensayos que ponen en cuestión las pretensiones de alcanzar una "memoria completa", síntoma de una lectura ideológica del pasado reciente semejante a la del revisionismo histórico anti-antifascista en Europa.