En la salud pública moderna podemos diferenciar dos grandes etapas. La primera etapa abarca desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, dónde los principales problemas de salud eran provocados por las enfermedades infecciosas transmisibles que obedecían a varios factores, sobre todo a malas condiciones higiénicas, viviendas insalubres, hacinamiento, agua de bebida y alimentos contaminados, ausencia de evacuación de excretas así como la proliferación de insectos y roedores. Y una segunda etapa, en la que nos encontramos actualmente, caracterizada por grandes mejoras en las condiciones socioeconómicas y a las mejoras en salud pública (saneamiento ambiental y vacunaciones) en donde la morbi-mortalidad se produce sobre todo por enfermedades crónicas y accidentes. En esta última etapa, que nos toca vivir, la estrategia de la salud pública de centra en las actividades de promoción de la salud a través de un instrumento de intervención sanitaria que denominado educación para la salud.