Aún ahora, aunque han pasado casi dos décadas del siglo XXI, cuando se habla de tecnologías de información y comunicación se está en ese mundo ancho y ajeno del poeta, que aun tiene territorios pantanosos y extraños, dignos de descubrirse o encubrirse, según sea la tensión política, cultural o moral que esté observando. Y no es nada extraño este fenómeno que va de la mano con las licuefacciones imaginarias de las que habla Zizec o de las posverdades - que no son otra cosa que falacias sofisticadas - o de modas como en el novísmo eufemístico para rebautizar la sigla TIC como tecnologías de información y conocimiento, asumiendo con ingenuidad exagerada que de la mano de la aceleración tecnológica de la ley de Moore, marcha la aceleración tecnológica del conocimiento humano. Este último tema fue crucial en la preparación de este texto antológico hecho por la amable invitación de la Editorial Académica Española, y es el núcleo de las posibles reflexiones que su lectura suscite en quienes viven y vivirán estos próximos años de consolidación del imaginario de la posrealidad, que no virtualidad, del sorprendente desierto de lo real que nos acoge.