Durante la fundación de Estados Unidos observamos una serie de valores puritanos que contribuyeron a su formación, tales como la predestinación o creencia en la misión de ser el pueblo elegido; creyentes de la Biblia como la verdad suprema; el individualismo, la moralidad, la frugalidad, el ascetismo, la familia como soporte principal, entre otros. Algunos de estos valores principalmente la creencia en ser el pueblo elegido por Dios para salvar al mundo fueron rescatados en su política exterior. El individualismo, como una oportunidad para probarse a sí mismos que son los elegidos, y al mundo, a través de la ganancia, el éxito, el ser empresarios, propiedad privada y riqueza. Podemos observar en este libro que la empresa transnacional (corporación) es una herencia de esta antigua ideología puritana.