La historia ha narrado durante al menos más de 20 siglos que las estructuras políticas de los gobiernos que perpetran contra la integridad de una nación con el propósito unívoco del autobeneficio bajos los caprichos de la autocracia, el despotismo y los modelos hegemónicos subversivos, generan una desestructuración fundamentada en el odio. Son comunes las polaridades y las luchas incansables con enemigos invisibles, internos o externos, bajo un amplio y profundo proceso de desensibilización moldeada en un esquema enmarcado en la pérdida de la identidad nacional, promoviendo así la fabricación de alienados mentales bajo un modelo mesiánico, permitiéndole así a los “gobernantes” el encubrimiento de los más profundos destinos crueles, inhumanos y degradantes para todos los discrepantes de estos modelos y difusores de sus profundos cometidos. A la luz del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, se realizará un análisis histórico-jurídico-social de cómo la alienación es un elemento común en estas estructuras políticas para el cometido de los crímenes de lesa humanidad.